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El Sol crece, engorda. Se vuelve
una bola de fuego aún más colosal y hace que la Tierra, tal y como
la conocíamos, se desvanezca. Ya no hay mares ni océanos, sólo un
sempiterno desierto digno del más alarmista y postapocalíptico
documental de Al Gore. Un páramo habitado por unos pocos
supervivientes, condenados al nomadismo si no quieren convertirse en
la cena de los preciosísimos y simpáticos engendros que ha creado
la radiación solar. Muy esperanzador, ¿verdad?
*
Pues bien, una de estas
comunidades ambulantes está siendo atacada cuando aparece él. Un
peregrino. Una suerte de anacoreta que difunde la palabra de Dios
cuando algún pecador se cruza en su camino. Pero no se trata de un
ermitaño o un predicador típico, qué va. Tenemos ante nosotros a
un tío duro, un cabronazo armado hasta los dientes que ha decidido
ofrecer su vida a Dios para expiar su pasado -el cual no voy a
desvelar aquí, por supuesto-. Nuestro hombre les salva con unos
métodos más bien poco ortodoxos y se convierte, a pesar de las
reticencias por parte del grupo, en su guía a través del yermo.
Si la situación ya se antojaba
complicada con un montón de alimañas pululando a sus anchas por el
erial, ahora a nuestros amigos les persigue una banda de piratas del
desierto -sí, como habéis leído- dirigida por una curiosa y sádica
versión del capitán Garfio.
Y hasta aquí os pienso
desvelar.
*
En
Sólo un peregrino,
Garth Ennis y Carlos Ezquerra unen sus fuerzas para presentarnos un
singular cataclismo con cierto regusto a western.
La historia, narrada desde la
perspectiva de un niño, está cargada de sangre y violencia, como
cabe esperar en cualquier trabajo del guionista irlandés. Tampoco
faltan otros elementos característico de su obra: humor descarnado y
el antihéroe. Y es que el amigo Ennis sabe cómo crear personajes de
dudosa moral, insolentes, casi obscenos, sin que parezcan una
caricatura mal hecha.
Por su parte, Ezquerra está
impecable. Consigue ilustrar y hacer justicia el demencial mundo que
nos presenta Ennis, además de jugar con la cuarta pared sin
dificultar la lectura o comprensión.
El personaje parece muy típico, ¿no?
ResponderEliminarSi, estoy escribiendo esto con mis gafas de pasta.
Eso es porque J. J. Abrams no ha decidido cargarlo de PESTILENTES MATICES Y REFERENCIAS.
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